16 DE JULIO.
LA VIRGEN DEL CARMEN.
HistoriaDesde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte
Carmelo, Los Carmelitas han sido
conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la
nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María
Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del
dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada
Concepción.
En las palabras de
Benedicto XVI, 15,VII,06:
"El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
"El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
La estrella del
Mar y los Carmelitas
Ver: María, Estrella del Mar
Ver: María, Estrella del Mar
Los marineros, antes de
la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el
inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del
mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es
Cristo.
Por la invasión de los
sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una
antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen
mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del
Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo
se alza como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción
a la Virgen del Carmen se difunden
por el mundo
La Virgen Inmaculada,
Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos
remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los
Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se
les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el
cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra
Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a
María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas
le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción
a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los
carmelitas se establecieron.
EspañaEntre los lugares en que se venera en España la Virgen de España
como patrona está Beniaján, Murcia. Vea ahí mas imágenes.
América: Es
patrona de Chile; en el Ecuador es reina de la región de Cuenca y del Azuay,
recibiendo la coronación pontificia el 16 de Julio del 2002. En la iglesia del
monasterio de la Asunción en Cuenca se venera hace más de 300 años. Es además
venerada por muchos en todo el continente.
"La devoción del escapulario del Carmen ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales” (Pío XII, 6-VIII-1950).
¿Qué es el
Escapulario Carmelita?
Escapulario carmelita
Escapulario carmelita
Ver
también: Escapulario
Verde
El escapulario es
un sacramental
Un sacramental es un
objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir
santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros
corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.
El escapulario, al ser un
sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos sino que nos nos
disponen al amor a Dios y a la verdadera contrición del pecado si los recibimos
con devoción.
Los seres humanos nos
comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes
que nos identifican. Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de
su consagración a Dios.
Los laicos no pueden
llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de
la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el
escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para
significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello
con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre
la espalda. (ver ilustración arriba). Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario
y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes
sacramentales marianos.
Dice San Alfonso Ligorio,
doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su
uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores
usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son
miembros de la familia de la Madre de Dios."
¿Cómo se originó
el escapulario?
La palabra escapulario
viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido
superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo.
Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como
discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas
particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y
el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.
La Virgen María entrega el escapulario el 16 de
julio de 1251
En el año 1246
nombraron a San Simón Stock general de
la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la
orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su
amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del
Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la
comunidad.
En respuesta a esta
ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón
Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa:
"Este debe ser un
signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el
escapulario no sufrirá el fuego eterno"
Aunque el escapulario fue
dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado
de vivir una vida màs comprometida con la espiritualidad carmelita y así se
comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio
de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el
privilegio del escapulario a los laicos.
La Santísima Virgen se
apareció al Papa Juan XXII en el siglo
XIV y le prometió para
quienes cumplieran los requisitos de esta devoción que "como Madre de
Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les
ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, (...) sean trasladadas sus
almas a la bienaventuranza".
Explicación de la
Promesa:
Muchos Papas, santos y
teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la
devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima a la hora de la
muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal)
o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el
escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el
ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.
El escapulario
tiene 3 significados:
1) El amor y la
protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño.
Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre
trata de cobijar a sus hijos.
Envolver en su manto es
una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su
amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes
espiritual.
Vemos en la
Biblia:
-Dios cubrió con un manto
a Adán y Eva después de que pecaron. (manto - signo de perdón)
-Jonatán le dio su manto
a David: símbolo de amistad
-Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida.
-Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida.
2)Pertenencia a
María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos.
El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a
María.
Consagración: 'pertenecer
a María' es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella
para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser
usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.
-En 1950 Papa Pío XII
escribió acerca del escapulario: "que sea tu signo de consagración al Inmaculado
Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos
tan peligrosos"
En las palabras del Papa
vemos mas vez mas devoción a la Virgen del Carmen es devoción a la
Inmaculada.
Quien lleve el
escapulario debe estar consciente de su consagración a Dios y a la Virgen y ser
consecuente en sus pensamientos, palabras y obras.
3)El suave yugo
de Cristo: "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy
paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave
y mi carga liviana". (Mt 11:29-30)
-El escapulario simboliza
ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a
llevar.
Quién lleva el
escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y
dificultades que ese yugo le traiga.
Se debe vivir lo
que significa
El escapulario es un
signo de nuestra identidad como católicos, vinculados de íntimamente a la Virgen
María con el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo. Representa
nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos
pero adaptado a la propia vocación. Esto requiere que seamos pobres (un estilo
de vida sencillo sin apegos materiales), castos y obedientes por amor a
Dios.
Al usar el escapulario
constantemente hacemos silenciosa petición de asistencia continua a la Santísima
Madre. La Virgen nos enseña e intercede para que recibamos las gracias para
vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando Su Palabra, orando,
descubriendo a Dios en la vida diaria y cercano a las necesidades de nuestros
hermanos. El escapulario además es un recuerdo de que nuestra meta es el cielo
y todo lo de este mundo está pasando.
En momentos de tentación,
tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre,
resueltos a ser fieles al Señor. Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón de
su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder vencido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario